🇩 🇴 🇸
Cuando volvió, se escabulló por el hoyo que había hecho. Cuando logró entrar, lo tapó con un poco de tierra y con una tabla que encontró por ahí.
Se sacudió intentando quitar la tierra de su uniforme. Quitó la mayoria de suciedad de su cuerpo. Corrió encontrándose con su amiga besándose con la chica que según le cae mal y paró en seco.
Sana la miró estática, casi como si quisiera confirmar que solo Mina la encontró comiéndole la boca a Tzuyu. Tzuyu la miró con un poco de miedo en sus ojitos que seguían brillando de lujuria un poco, pero aún con miedo a que alguien las delate.
Su instituto era de puras mujeres, prohibido los chicos, prohibido los celulares, prohibido las vestimentas "inapropiadas", prohibido tener pareja.
Era obvio el miedo que le llegó a su cuerpo entero cuando alguien más estaba presente.
Sana cambio rápidamente su mirada a aburrida mientras veía la cara aturdida de Mina. La japonesa mayor dirigió su vista a el uniforme de Mina notando este con tierra.
- No pensé que te gustaba el cliché del odio al amor - comentó un poco menos sorprendida mientras sonreía.
- No pensé que te gustaba escaparte del instituto - devolvió Sana haciendo que la contraria se quedase callada con los labios apretados sin nada que decir.
- Touche - miró su celular, supuestamente inexistente en el instituto y vio que ya pasaba más de diez minutos de la hora de entrada - Bueno, pues... la que llegue al último es castigada - dijó comenzando a correr - Nos vemos - mostró su mano sacudiendola en forma de despedida.
- Eeh, Sana - se dirigió la taiwanesa a la mayor.
- No te preocupes, es mi amiga y no dira nada cuando ella hace exactamente lo mismo - la menor sonrió más aliviada, si Sana lo dice pues le cree firmemente - Espera... ¿Ella tenía un celular? - preguntó y recibió un asentimiento de parte de la taiwanesa - ¡Vamos a llegar tarde! - avisó tomando la mano de la menor para correr ocasionando carcajadas a la más alta.
En cambio Mina ya había pasado a su aula de clases recibiendo un regaño de la profesora. Asintió con la cabeza gacha al regaño sobre su ropa sucia y cuando se le fue otorgado sentarse, lo hizo rápidamente sin decir nada.
Al poco rato estaba riendo bajito al ver a su amiga junto a la taiwanesa entrando con la respiración agitada. Fácilmente eso se puede malinterpretar. Pero siendo que ellas se odian, las demás alumnas lo tomaron como que pelearon a golpes esta vez.
- Señoritas, ¿por qué vienen tan tarde y todavía en esas condiciones? - las dos se quedaron pensando una excusa.
- De seguro se pelearon a golpes profesora, después de todo, se odian - comentó una alumna cualquiera ocasionando una bulla en las demás alumnas. Mina solo podía reír ahogadamente.
'Si supieran que se estaban comiendo la boca' pensó en lo más profundo de su mente, recargando su codo en la mesa para tapar con sus manos su boca, ocultando su gran sonrisa. Sana notó eso.
- ¿A sí? - se dirigió Sana a la alumna con una sonrisa que Mina conocía perfectamente - ¿Qué dirían si venimos de besarnos a escondidas? - silencio reinó, hasta que se escuchó la carcajada la misma japonesa que intentaba calmar su risa desde hace un rato.
Sana le siguió la risa segundos después.
- Disculpe profesora, fue una broma. Se nos hizo tarde a ambas y nos encontramos en el camino, no volverá a pasar. ¿Podemos sentarnos? - la profesora asintió saliendo de la sorpresa de antes para luego continuar con la clase.
Sana se sentó al lado de Mina la cual apenas y podía ocultar la risa, recibiendo un codazo de Sana y aún así no pudo contener su risita bajita.
Al salir de clases, Mina molestó con eso a Sana por un buen rato recibiendo regaños de la japonesa mayor por no querer ser escuchadas por otras chicas.
- Bien, cálmate, idiota. Cambiando de tema, ¿estás libre hoy? Quería salir hoy con las demás y contigo - Mina se calló repentinamente, ella no podía salir mucho pero quería salir con Sana y sus amigas muchas veces.
- Intentaré - la respuesta no convenció a Sana, mucho menos con la cara que la menor puso; su expresión se veía un poco asustada, frustrada, triste y apagada.
- No intentarás, lo harás - Mina la miró esperando una solución. Sana sabía de la situación con su madre, así que no puede creerle tan fácilmente que irá con ella - Porque hoy yo te acompañaré. Me haré pasar por niña buena con tu mamá y la convencere que sólo iremos a estudiar a mi casa, cuando en realidad vamos a salir a pasear por ahí... Diviértete Mina, de mayor te arrepentirás el no divertirte de joven. Vamos - Mina lo pensó.
No sería mala idea.
No le gustaba mentirle a su madre o a cualquier otra persona, pero ella quiere aprovechar que ahora su responsabilidad principalmente es estudiar, no quedarse en casa siempre. Aunque disfruta su tiempo a solas, también quiere disfrutar el estar con personas como Sana, sus amigas.
- Está bien - accedió logrando que Sana chillara - Pero si dice que no, no le insistas. A ella le gusta que tomen la orden a la primera - Sana se desanimó.
- Pareces un completo robot de ella. Escucha, no te dire que te reveles ante tu madre, te diré que algunas veces debes hacer cosas que no están permitidas y divertirte siendo responsable y educada con los demás. No seas un títere de tu madre porque vivirás tu vida tan aburrida que te arrepentirás cuando seas mayor. Haz el ridículo, da pena ajena, ten momentos inolvidables, diviértete, quejate, haz todo eso siendo una persona amable, responsable y educada. No te quedes en la casa de tu madre en la cual no estarás toda tu vida, en algún momento te echara de ahí y ¿quién te ayudara a salir adelante? Nadie. No soy mayor y ya siento ese peso de trabajar. ¡Vamos drogarmos! - la repentina exclamación sorprendió a Mina. Sana soltó una carcajada - Es broma, nunca te droges porque yo misma te daré un puñetazo. No puedes drogarte... sin mí. Eso también es broma. Mi última frase: Diviértete con responsabilidad o te cortare la yugular - Mina soltó una carcajada a lo último, pero aún así asintió a todo lo que su amiga dijo y la tomó de la mano para encaminarse a su casa.
- Vamos entonces, Satang - dijó Mina con una sonrisa.
- Espera, espera, espera, espera. ¿Ya vamos? - repentino nerviosismo la atacó, sí sabe que la señora Myoui es un poco, ¡o muy!, aterradora.
- Sí, ¿por qué? - preguntó Mina con simpleza.
- Déjame hacer algo. Préstame tu celular, necesito llamar a una persona.
'O a varias' pensó la mayor.
Mina se lo pasó sin decir nada, después de todo, ella misma se lo había descubierto hacia Sana al ver la hora frente a ella y la taiwanesa.
Sana se apartó y cuando volvió tenía una sonrisa que sinceramente le dió escalofríos a Mina.
- Alguien nos va a acompañar - avisó y Mina solo se puso inquieta, jugando con sus manos y juntandolas detrás de su espalda para calmarlas - Es alguien de confianza. No te preocupes, no es ninguna drogadicta... Bueno, sí lo es, pero no mucho, y es decente.
Sana no sabe calmar a la gente, Mina lo descubrió.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro